7. Un poema perdido



También aparecieron algunos poemas entre los papeles de Marina Ivánovna L., escritos a mano. A raíz de abrirse diversos archivos de los antiguos servicios de seguridad estatales, encontré una fotografía suya e indagué sobre la personalidad de esa mujer, sin éxito. Sigo su pista. Es probable que este poema fuera escrito inmediatamente a la muerte de Vladimir M.






Odiaré al ángel exterminador
por los siglos de los siglos. Odiaré
su flagímera venganza 
que me arrebató el secreto de la vida.
Odiaré tu mirada
de pose
que fotografiaron tus amigos magos de las nuevas teorías.


No la que jamás pasará a la historia
                                      y que vuelvo a desbrozar en cada anochecer
porque es solo mía.
                                     La mirada abierta y repentina
la mirada fractal
la mirada curiosa
                           la que extraviaba sus lágrimas en mi garganta
la que tomaba a la mujer 
como si probara la mejor fruta: la que se hurtaba de niños
en las huertas del vecino.


Mirada nueva con la que se tejía el hilo de funambulistas
                                   que nos llevaba a encontrarnos como primitivos.
Tú no lo supiste nunca
                                   pero yo no la desviaba para que no cayeses del todo.


                        Mirada frágil
que trasladaba no una sino mil estrellas
de un extremo a otro de las ilusiones de los hombres. 


Odiaré una de tus dos miradas
                                       aquella que se impuso 
a la que me has querido arrebatar
Vladimir
estrella del silencio.